DÓNDE

“Los pájaros se han desvanecido en el cielo y ahora desaparece la última nube. Nos sentamos juntos, la montaña y yo, hasta que solo queda la montaña.” Li Po

Cuando compramos nuestra finca a finales del 2006, había sobre ella una pequeña casa que cumplía las funciones de refugio de día para los campesinos, casa de aperos o secadero de higos y que acabaría siendo nuestro hogar. También había 50 metros más al sur, una construcción a medio hacer, con un portalón metálico y un fregadero como único mobiliario.
Los primeros años estuvimos muy ocupados en la conversión de la casita de arriba en hogar y la otra casa languidecía con la tranquilidad que demuestran las materias inertes ante el tiempo. Como mucho nos servía de almacén improvisado para todo aquello que necesitaba un tejado y aún no tenía un lugar asignado en nuestra cotidianeidad.
Una vez que estuvimos asentados comenzamos a mirar aquella construcción con otros ojos y Harmony empezó a visualizar un espacio para la meditación y el yoga, a la vez que veíamos la posibilidad de tener una casita de invitados que ofreciese tanto cercanía como independencia e intimidad.
La construcción acabó llamándose La Morada y ha servido y sirve para todo lo que en su día nos imaginamos, y para mucho más.
Hoy día es, sobre todo, el espacio donde se alojan quienes eligen vivir un Paréntesis Vital.
La casita está bien contenta de la profesión que la vida le ha otorgado y a cambio ofrece a quien la habita, unas vistas suaves de olivar y cielo por el día y unos sueños hermosos por las noches.
Nuestra finca está situada en el municipio de Arenas de San Pedro, un pueblote castellano de montaña que tiene la suerte de estar bien asentado en las faldas de las estribaciones orientales de la Sierra de Gredos. En pocos kilómetros se pueden sentir desde la suavidad sureña de la dehesa, encinas, pastos y ganado ibérico, pasando por nuestra zona mediterránea de olivar, higueras y parras, hasta los espacios mas anclados en la montaña, con sus castaños, robles, ríos de deshielo – pozas en verano y más arriba aún, donde vuelan los buitres y las águilas, y habitan el hielo, el granito, el piorno y las nubes.
Es un buen lugar para venirse a descansar.